Dos impuestos son ampliamente conocidos en todo el mundo: el IVA (Impuesto al Valor Agregado) y el Impuesto Sobre la Renta, denominado en España IRPF. A pesar que este último es muy común, también es de los más difíciles de calcular, especialmente porque no existe una sola formula aplicable a todos los casos. Por eso, en este artículo veremos los pormenores del Impuesto Sobre la Renta de los Trabajadores.
Como su nombre lo indica, es un impuesto que se aplica a las rentas obtenidas o, en otras palabras, a todos los ingresos, sin importar su procedencia. Por lo tanto, es aplicable a trabajadores asalariados, comerciantes, profesionistas y autónomos. Sin embargo, su porcentaje es variable en base a diversas razones, como veremos más adelante.
En cualquier caso, la declaración del IRPF se realiza mediante el modelo 100 durante los meses de mayo y junio. Como es lógico, presentarás la declaración del año anterior, pues el actual aún está en marcha. Sin embargo, si a efectos fiscales se te considera residente, entonces tus obligaciones serán distintas. Se le considera residente a alguien que haya pasado más de medio año dentro de territorio español, es decir, más de 183 días. Si ese es tu caso, aunque tengas tu residencia en el extranjero, debes declarar en España el impuesto sobre la renta en base a todos los ingresos que hayas obtenido en cualquier lugar del mundo.
Ya hemos dicho que les residentes fiscales deben declarar todos sus ingresos en España. ¿Significa eso que presentará dos veces su declaración por concepto del IRPF, una en España y otra en el país donde se efectuó el ingreso? En realidad, es poco probable que esto ocurra, pues España a firmado acuerdos con varios países en donde se determina el porcentaje correspondiente en cada caso. Dicho de otro modo, es probable que debas presentar dos declaraciones, pero de forma porcentual. Por lo tanto, no se duplicará el pago, más bien se dividirá entre ambas naciones.
Sin embargo, en algunos casos no será posible utilizar este mecanismo, especialmente si el país en cuestión no tiene acuerdos con el gobierno español. En esos casos, tampoco verás duplicado el pago del IRPF. Lo primero que deberás hacer es declarar el impuesto sobre la renta correspondiente en el país en que percibiste el ingreso. Posteriormente, en tu declaración en España podrás deducirlo para evitar su duplicación.
Todo lo anterior permite entender que el IRPF es difícil de declarar. Sin embargo, para las personas que perciben un salario no existen mayores complicaciones porque es la empresa la entidad encargada de realizar las retenciones y declararlas. Nuevamente, no existe una sola formula aplicable a todos los casos, pues el porcentaje aplicable será variable en función de factores como la situación familiar, la duración el el tipo de contrato y el sueldo bruto.
Después, cuando llegue el momento de que presentes tu declaración del impuesto es posible que el saldo sea a favor. Si ese es el caso, te devolverán la parte retenida innecesariamente y, en caso contrario, si se te retuvo una cantidad menor, deberás pagar la diferencia. Pero, como ya mencionamos, no existe un solo porcentaje universal, por lo que necesitarás asesoría para realizar el cálculo correctamente.
Por otro lado, si eres un trabajador autónomo, tampoco existe una sola tasa aplicable. En algunos casos, la retención será del 1%, mientras que en otros se elevará hasta el 15% de acuerdo a la normativa estatal. Además, cada comunidad autónoma puede elegir el porcentaje aplicable, por lo que será variable dependiendo el lugar donde deba presentarse la declaración. Sin lugar a dudas, necesitarás de un asesor fiscal para presentar el IRPF de forma correcta.
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